EL
ANIVERSARIO
Diego y
Cristina salieron a cenar, era noche de sábado y aunque hacia semanas que no
salian por la noche aquella era una noche especial, Diego cumplia 38. Fueron a
una trattoria italiana que a Cristina le gustaba y conocía desde hacia años.
Era auténticamente italiana, el dueño, Marco era de Napoles y cuando iba
atendiendo las mesas iba vociferando en voz alta frases en italiano a los otros
camareros, era un ambiente agradable y familiar. Cenaron típico italiano, que
como siempre que habían ido había elegido Marco ya que siempre recordaba a
todos sus clientes y procuraba que probaran cosas nuevas y siempre acertaba en
sus elecciones. Todo con un buen lambrusco bien fresco. Tras los postres y el
café salieron de la trattoria despidiéndose de Marco y fueron a un local que
les habían recomendado, un local que tenia una terraza frente al mar, donde la
música era buena y el ambiente también. Tomaron una copa y decidieron no tomar
una segunda pues debían conducir y fueron a por el coche para volver a casa y
Cristina se puso en el asiento del conductor.
Estaban
llegando a casa cuando Cristina le dijo a Diego:
--- Ahora
cuando estemos llegando te dejare un par de calles antes de llegar a casa, asi
caminas un poco para que te toque el aire y cuando puedas venir a casa te llamo
al móvil.
Diego estaba
sorprendido y le dijo.
--- Y eso?
--- Pues
porque tengo que envolver tu regalo que no me dio tiempo antes – dijo Cristina
divertida, -- ah y sino te gusta me lo dices que ya sabes que se puede cambiar,
de acuerdo? –
Ella tan
previsora como siempre, -- seguro que me gusta – dijo Diego.
Y asi lo
hicieron, un par de calles antes de llegar a su casa Cristina paro el coche y
Diego sonriendo le dio un beso y se bajo del coche.
Diego fue
caminando poco a poco hacia casa, estaba cerca pero quería darle tiempo a ella
de acabar de preparar su regalo sin tener que correr.
Dio una
vuelta mas larga para no tener que esperar abajo en la portería, y al cabo de
15 minutos recibió un mensaje en su móvil donde le decía :
“ Regalo
envuelto, cuando quieras puedes subir “
Diego llego
a la portería, entro y llamo el ascensor y cuando iba subiendo fue pensando que
podía ser el regalo. Llego al atico, y fue hacia su puerta, abrió y entro al
piso. Cristina había puesto música, de ambiente, y había poca luz en el piso,
fue caminando, del recibidor al salón pero Cristina no estaba allí, la luz del
baño estaba apagada y entonces vio que la puerta de la habitación estaba entornada,
con un halo de luz dentro. Y se dirigió hacia allí. Abrió la puerta y se quedo
sin habla. Cristina estaba en la cama, con otra mujer, morena de la edad de
ellos mas o menos, Cristina llevaba un body, de rejilla, negro, y la otra mujer
otro igual pero blanco. La habitación estaba llena de velas encendidas y las
pequeñas lámparas de las mesitas de noche. Diego no acertaba a articular
palabra, y entonces hablo Cristina, -- Diego, lo que te dije en el coche e
cierto, sino estas comodo en esta situación no pasa nada, se que esta era una
fantasia tuya y también se que siempre me habías dicho que no era algo que
quisieras hacer en la realidad, pero llevamos años junto, y se que algo asi no
afectaría a nuestra relación ya, te quiero y se que me quieres, y se que después
de esta noche no volverá a pasar mas algo asi y se que ni tu ni yo volveremos a
desearlo, pero pensé que igual querías probarlo, ahora eres tu, quien debe
decidir pero que sepas que si eliges probarlo por mi no hay ningún problema, y
eres libre de hacer hoy lo que quieras entre los tres –
Diego
alucinaba, era cierto, era una fantasia suya pero también era cierto que
tampoco no había pensado nunca en cumplirla pero ahora, ahora, tal vez ahora
si, una vez y nunca mas.
Diego le
contesto – estaba bien, si tu te atreves yo también –
En ese caso,
-- ves desnudándote – dijo Cristina
Diego empezó
a quitarse la camisa, nervioso aunque intentando disimularlo y por primera vez
hablo la otra chica, -- me llamo Marta, y quiero que estéis tranquilos, me
caeis bien los dos, sois jóvenes y guapos , olvidaos de todo, dejaos llevar y
disfrutad de todo, asi que vamos a pasarlo bien los tres –
Cristina y
Diego sonrieron algo mas tranquilos, y Diego se siguió desnudando. Estaba
dejando su camisa sobre la silla cuando se volvió y vio a Marta besando a
Cristina, la vio besándola y a Cristina devolviendo ese beso, vio sus lenguas,
uniéndose, rozandose, y sintió como bajo su bóxer crecia su miembro.
Disfrutando de esa imagen siguió desnudándose lentamente, y vio como Marta tomaba
los pechos de Cristina, y los amasaba y Cristina hacia lo mismo amasando los de
ella. Diego bajo su pantalón, y mientras Marta bajo su mano entre las piernas
de Cristina, pasándola sobre su sexo y frotándolo al pasar. Cristina se
empezaba a retorcer de excitación y busco también con su mano el sexo de Marta
sobre su body blanco de rejilla. Diego dejo caer su pantalón al suelo, y vio
como las dos estaban excitadas, sus pezones casi atravesaban la rejilla de los
bodys pero el no les iba a la zaga, su miembro casi salía por encima de la goma
de su bóxer, de tan caliente que estaba de verlas a ellas, sentía su sexo
mojado, y se quito el bóxer también. Se acerco a la cama, que para la ocasión
Cristina había vestido con sabanas rojas de seda. Se acerco sin saber que
hacer, y sin querer interrumpir lo que estaba viendo. A Cristina y a Marta
frotando sus sexos con sus manos mutuamente mientras ahora era Cristina quien
chupaba los pezones de Marta después de que lo hubiera hecho ella.
Marta le
dijo entonces a Cristina, -- es tu hombre, asi que tu tienes preferencia – en
referencia a Diego que estaba de rodillas a lo pies de la cama mirándolas
caliente.
Cristina se
puso a cuatro patas y se acerco a el, gateando, y cuando llego hasta el se
estiro en la cama y empezó a lamer su sexo, empezó a chuparlo y a meterlo
entero en su boca, Diego miraba a Cristina mientras chupaba su sexo, cada vez
mas excitado y mientras, Marta se había puesto detrás de Cristina, de rodillas,
entre sus piernas, y acariciaba sus nalgas y bajaba su mano entre las piernas
de ella, llegando a su sexo, y cada vez que lo rozaba Cristina chupaba y lamia
con mas ansia, mas caliente, mas excitada. Cristina se puso boca arriba y
siguió chupando la verga de Diego pero ahora ofrecia su sexo a Marta para que
se lo lamiera a ella también. Y Marta lo hacia, empezó a lamer el clítoris de
Cristina, primero poco a poco, suave, rozandolo, haciéndola saltar de gusto y
haciendo que chupara con ms ganas aun la verga de su chico y después fue
aumentando el ritmo y la fuerza con que lamia su coñito rasurado sobre el body.
Hasta que Cristina no pudo mas y separo el body de su piel, metiendo un dedo
por la ingle, apartándolo para que Marta se lo chupara bien, y lo hizo, se lo
chupo bien, lo lamia mientras a la vez le metia un dedo dentro de su sexo y
Diego notaba como estaba Cristina de excitada por como se comia su verga. Marta
a su vez, mientras se comia el coñito de su chica se masturbaba, metiéndose un
dedo y frotando con la palma de su mano su clítoris. Los tres estaban muy
excitados, la habitación olia a sexo y las sabanas rojas de seda empezaban a
estar manchadas de gotas de flujo que caian de sus sexos, estaban los tres
empapados.
Marta se
incorporo y se puso sobre Cristina, pecho contra pecho y las dos empezaron a
lamer la verga de Diego, después Marta empezó a lamer los pechos de Cristina,
mordisqueando sus pezones, ante Diego, excitándolo mas aun. Cristina se
escabullo de Marta y la dejo a cuatro patas ante la polla de su chico, que no
tardo en empezar a chupar y ahora fue ella la que se puso detrás de ella,
separo su body y empezó a meterle un dedo en su coñito empapado y otro dedo en
su culo, Marta paracia poseída de cómo chupaba la polla de Diego y entonces
Cristina le dijo a Diego, -- ven aquí cariño – Diego dejo a Marta sin poder
chupar e hizo caso a su chica, se puso detrás de Marta, entre sus piernas , con
Cristina al lado, y entonces ella rasgo
el body de Marta con sus manos, lo rompió, y los dos empezaron a besarse entre
ellos, lamiéndose los labios, mordiéndolos, mientras sus dedos, los de los dos
jugaban en el culo y el coñito de Marta, hasta que Cristina cogió la polla de
Diego y le dijo – follatela por el culo, quiero verlo – y entonces ella tiro de
su polla, acercándola al culo que tenia delante, el culo que habían penetrado
los dos con sus dedos, Diego puso su polla justo delante del culo de Marta,
mientras Cristina la aguantaba con su mano, y entonces Cristina se puso detrás
de Diego, y lentamente fue metiendo su polla dura, muy dura en el culo de Marta
mientras Cristina también iba moviendo su cuerpo, a la vez que Diego, como si
los dos estuvieran follandose el culo de Marta. Marta gemia, y pedia mas, pedia
ma fuerte, y entonces Cristina empezó a mover el cuerpo de Diego con mas
fuerza, como si fuera ella quien se estuviera follando ese culo.
Cristina
dejo a Diego, y le dijo, -- mira ahora -- , se levanto, y se puso de pie, de
espaldas a Marta, que seguía embestida por el culo por Diego, acerco su culo a
Marta y con sus manos separo sus nalgas, y Marta empezó a lamérselo mientras
ella misma se metia dos dedos en su coñito.
Diego dejo
el culo de Marta, se levanto y cogió de la mano a Cristina y la llevo al salón,
la subió sobre la mesa, separo sus piernas y empezó a comerse su coñito
mientras le metia un dedo dentro y otro en su culo, Marta los siguió, se puso
de rodillas y metió la polla de Diego en su boca, estuvieron unos minutos asi,
gimiendo los tres, hasta que Diego se puso en pie, cogió los tobillos de Cristina
y metió lentamente su polla en su sexo, primero empezó a moverse lentamente,
lento y profundo, y después empezó a incrementar su ritmo, mas rápido y mas
fuerte, Cristina se moria de gusto por sus gritos y jadeos, y le dijo a Marta
que estaba frente a ellos en el sofá follandose ella sola con sus dedos, -- ven
aquí Marta --, Marta se acerco, y le ofreció su sexo, y Cristina, dejando caer
su cabeza de la mesa empezó a lamerla y a meterle los dedos en su sexo,
mientras Marta se agachaba y se metia otro dedo en su culo y lamia los pechos
de Cristina, Diego estaba muy cachondo, follandose a su chica y viendo como su
chica le daba placer a su regalo de aniversario. Los tres estaban muy
calientes, casi al limite de su resistencia, siguieron asi, moviéndose acompasados,
lamiendo, penetrando, mordiendo, hasta que Cristina no pudo mas, dejo de lamer
y se levanto para poder ver la polla de Diego embistiéndola, entrando y
saliendo de ella, sintió como su cuerpo se empezaba a estremecer, sintió
escalofríos, dolor, placer, los musculos de su coño apretaban fuerte la verga
de Diego, había dejado de lamer a Marta pero sus dedos seguían dentro de su
coñito y los movia frenéticamente, profundo y fuerte, Marta gritaba, las dos
gritaban, y eso ponía mas aun a Diego, y las dos se corrieron, a la vez,
gritando. Cristina siguió moviendo los dedos lentamente dentro de Marta, y ella
misma seguía apretando sus musculos contra la verga de Diego que seguía
moviéndose, también lentamente dentro de ella.
Marta se
levanto de la mesa, y se arrodillo ante Diego, y entonces le dijo a Marta, --
Marta, ven tu también -- , y Marta se arrodillo también, a su lado, y entonces
Cristina dijo – y ahora cariño el final de tu regalo – y las dos a la vez
empezaron a comerse su polla. Las dos, una por cada lado frotaban con sus bocas
su polla, o una la chupaba y la otra lamia sus huevos, después una chupaba y la
otra lamia, y el lo veía todo, veía como chupaban y veía sus caras mirándolo a
el.
Entonces
Cristina dijo – ahora quiero que nos des tu leche, a las dos – y Diego se moria
de gusto solo de imaginarlo y de lo mucho que lo deseaba, darles su leche.
Diego veía y
sentía las bocas de las dos mujeres frotando todo lo largo de su verga, estaba
cada vez mas cachondo, y entonces Cristina se la metió entera en la boca, y
empezó a chupar con fuerza y rápido, Diego sentía que se iba a correr, y justo
en ese momento Cristina saco su polla de su boca y empezó a hacerle una paja
con su mano mientras ellas dos abrían sus bocas y sacaban su lengua, sentía que
llegaba el momento, sentía su polla a punto de explotar, y mas con esa imagen,
se sentía un Dios, viéndolas a las dos con la boca abierta esperando su leche
mientras Cristina lo masturbaba. Y llego, llego ese instante, sintió su cuerpo
tensarse, y sintió la leche de su polla pidiendo a gritos salir, a gritos como
el gritaba de gusto, y se corrió, se corrió mientras Cristina lo pajeaba, su
leche fue a la boca de las dos, a sus lenguas, a sus caras, a su pelo, y
Cristina siguió moviendo su mano, y las ultimas gotas que salian de su polla
las iban recogiendo directamente amorrandose a ella, primero una, después la otra.
Extasiados
fueron a la cama, Cristina y Diego se abrazaron, y Marta se tumbo al lado. Al
rato ellos estaban dormidos, y el regalo de aniversario se vistió y se fue.
Por la
mañana Cristina y Diego recordaron la noche anterior, incluso hablaron de la noche,
de lo que había pasado, y sin decir nada los dos sabían que habían sido felices
durante esa noche pero que no lo repetirían, y se sentían felices, por haberlo
hecho y porque nada había cambiado entre ellos.
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