martes, 28 de abril de 2015

" original "


" la prueba "


" words "


" wild far west..."


" por-par-tes "


" manual "







" helado en verano..."


" negro elegante "




" lentamente..."


" blanco puro..."


" again..."


" the end..."


" piel suave..."


" :) "


" como pares te mato !!! "


" la quiero toda !!! "


" indefensa...? "


" fotografa de accion..."


" dame mi premio..."


" saboreame bien...!!! "


" primero una cosa..y despues otra..."



" tell me...."


" red "


" gran final..."


" no somos tan diferentes..."



miércoles, 22 de abril de 2015

" esas decimas de segundo... "


Un nuevo día en la oficina, uno más, y empezaba con el mismo sopor de cada día. Andrés iba por el pasillo cuando entre dos archivadores salió Carla empujando una caja repleta de documentación, iba agachada empujando de la caja y Andrés no pudo evitar mirar hacia su escote donde se insinuaban o mejor dicho se veían dos voluptuosos pechos bajo un sujetador blanco con encaje. Tras unas decimas de segundo que disfruto como si fueran eternas y aunque le supieron a poco Andrés ofreció su ayuda a Carla.

--- Deja, deja ya te ayudo yo – y se puso a tirar de la caja dándole la espalda a ella para que de nuevo una mirada suya indiscreta no le traicionara.

--- Gracias – le contesto ella amable como siempre lo era.

La acompaño hasta su mesa y se despidió de ella deseándole una feliz jornada a la vez que se alejaba hacia su propia mesa.

El día había empezado aburrido como siempre pero la visión de los pechos de Carla había conseguido mejorarlo notablemente. Las horas pasaban, los compañeros de Andrés comentaban el partido de futbol del día anterior por televisión pero él no conseguía centrarse, ni en el trabajo ni en el partido ni en nada, aquellas decimas de segundo a primera hora lo tenían atrapado, hasta el punto que algún compañero le pregunto si se encontraba bien ya que él de por sí bastante locuaz ese día casi no hablaba.

--- Si, sí, estoy bien, pensando en mis cosas – se esforzó en contestar.

Durante el día intento acercare a Carla en varias ocasiones, deseaba estar cerca de ella, para volver a recordar aquellos instantes de primera hora, se acercaba, por detrás de ella, mirando su cuerpo, vestida con una falda azul marino, ni muy larga ni muy corta y una blusa sin botones color crudo, esa blusa, esa, esa que antes le había ofrecido tan bello espectáculo, se acercaba a ella y miraba su sujetador por detrás, color blanco, hablaba con ella sobre alguna información que necesitaba y volvía a su mesa.

El día transcurrió así, con varias idas y venidas.

A última hora Andrés se despidió de Carla y le deseo un buen fin de semana.

A la noche, al llegar a su casa, se dio una ducha y ceno, y en la soledad de su cama Andrés volvió a rememorar aquellos pechos que lo habían llevado loco todo el día y decidió entregarse a su placer en solitario.

Y por fin llego el lunes, Andrés tenía un motivo para ir con más alegría a trabajar.

Se encontró a Carla a media mañana, en la máquina de café, y estuvieron charlado un rato, el la miraba, a hurtadillas cuando ella no le miraba a los ojos, él recorría su cuerpo con su mirada, sus piernas, sus caderas hasta llegar a sus pechos, firmes y prominentes.

Seguían charlando cuando a Carla se le cayó el sobre del azucarillo al suelo.

--- Deja, ya lo cojo yo – dijo Andrés agachándose a recogerlo.

--- No te preocupes – dijo Carla agachándose a la vez que él.

Se encontraron los dos agachados, y Andrés cayó en su tentación, y no pudo evitar mirar su escote. Decimas de segundo de nuevo, aunque en esta ocasión Carla no se levanto tan rápida, estuvieron unos segundos así, agachados los dos, Andrés viendo lo que Carla escondía bajo la blusa, color crudo de nuevo y escotada y Carla agachada delante de él.

Cuando por fin se levantaron Andrés le dio el sobre de azúcar y con nervios disimulados se despidió para seguir trabajando.

Ya en su mesa fue recuperando la compostura, descubrió una importante erección bajo su pantalón e intento por todos los medios buscar algo en lo que poder trabajar para poder hacerla desaparecer, le costaba concentrarse, seguía viendo aquellos preciosos pechos en su imaginación, pero la cosa ahora iba mas allá, imaginaba como serian aquellos pechos desnudos, sin atrapar dentro de aquel sujetador blanco, como serian los pezones que los coronaban, había leído en algún sitio que los hombres tienen esa obsesión por los pechos por un tema de evolución, nunca han superar el destete materno pero lo que a él le pasaba por la cabeza estaba muy lejos de esos términos, estaba más cercano a la literatura erótica o incluso a una película porno, imaginaba descubrir si bajo aquella falda llevaba o no ropa interior, y si llevaba como seria. No podía dejar de pensar e imaginarla. Se habría dado cuenta Carla que le estaba mirando?  Seguía absorto en esos pensamientos cuando una duda le asalto, no había estado Carla demasiado tiempo agachada?  Y si se había dado cuenta de que le estaba mirando…no era extraño que no se hubiera levantado más rápida?

--- Andrés, Andrés… --

El oír su nombre le hizo volver a la realidad. Se volvió y al lado de su mesa estaba Carla, se acerco, más, y le dijo, -- Te he traído los informes que me pediste antes – y se agacho junto a su silla para abrir una caja llena de documentos.

Andrés miro la caja, y no pudo contenerse y miro a Carla, a los ojos, y de sus ojos paso a sus pechos, decimas de segundo para recrearse en su escote, -- gracias, no tenias que correr – le dijo volviendo de nuevo a mirarla a los ojos y allí encontró una sonrisa, mientras vio como ella se inclinaba un poco más aun agachada y viendo sin tener que mirar aquellos pechos que tan loco lo estaban volviendo. Sintió de nuevo crecer su erección, intento separarse de ella y mirar a otro lado para no explotar allí mismo y se levanto de la silla.

--- Gracias, cuando acabe te los devuelvo – logro decir.

--- Esta bien – dijo ella sonriendo y alejándose de su mesa.

Cuando ella se alejo se dejo caer sobre la silla y enterró su cabeza entre sus manos como queriendo expulsar todo lo que pasaba por su cabeza en ese momento.

Andrés no salió ni a comer, prefería tener la cabeza ocupada entre archivos y documentos, ya a última hora solo le quedaban por hacer unas fotocopias para tener todo su trabajo adelantado tres días de tanto que había hecho.

Estaba acabando cuando se abrió la puerta del pequeño cuarto de las fotocopias y al girarse la vio, ella de nuevo, Carla.

Ella le saludo y el contesto, casi sin querer mirar y al volverse para salir del cuarto choco contra ella tirándole al suelo los documentos que ella llevaba.

--- Perdona, perdona – dijo él arrodillándose a recogerlo todo.

--- Tranquilo no pasa nada, en un momento se recoge todo – y se arrodillo también a recoger.

Los dos de nuevo cara a cara, ella frente a él, arrodillada, agachada, y de nuevo él miro, lo volvió a hacer, mirar aquellos pechos anhelados.

Y ella lo miro, a los ojos, le sonrió, y se agacho mas, y él seguía mirándolos, mas, y mejor.

Y lo hizo, acerco una mano, a sus pechos, y acaricio un pecho primero, mientras ella le miraba a los ojos, y acaricio el otro después, y ella cerraba los ojos como deleitándose. Los amasaba en sus manos, uno y otro, lentamente, como si fuera su boca la que los saboreara y ella seguía con los ojos cerrados mordiendo su labio mientras suspiraba.

De repente ella se levanto. El avergonzado se levanto también pero ella fue hasta la puerta, la cerro con la llave y fue rápida hacia él. Lo puso contra la fotocopiadora, cara a cara y le dijo --- Creo que esto es lo que quieres – y tal y como acabo de decir esas palabras se deshizo por la cabeza de su blusa. Allí estaba ella, mostrándole sus pechos. Andrés no pudo contenerse, se lanzo a sus pechos como al abismo, empezó a amasarlos, los dos a la vez con sus manos, se agacho y empezó a morderlos sobre el sujetador blanco de encaje, los pezones de ella amenazaban con romper la tela a medida que se endurecían más y más. Andrés los mordía, a través de la tela, los chupaba, los succionaba, y ella mientras con la cabeza dejada ir hacia atrás se dejaba hacer mientras suspiraba y lanzaba pequeños gemidos.

A esas alturas Andrés no podía esconder su erección, su verga estaba dura, muy dura bajo el pantalón y en ese preciso instante ella le dijo --- dame lo que tienes para mí – mientras metía su mano dentro del pantalón por la cintura.

Empezó a sobar su verga sobre el bóxer dentro del pantalón hasta que le dijo – déjame verla, la quiero ¡!! – y ella sacando su mano del pantalón empezó a desabrochárselo y a bajar su cremallera, el pantalón de Andrés cayó al suelo y él con un movimiento lanzo sus náuticos y su pantalón a un lado.

Carla seguía en pie, junto a él y metió su mano en su bóxer sobando su polla con fuerza hasta que la saco y la dejo libre.

Carla se arrodillo y empezó a frotar contra sus pechos la verga de Andrés, llenándose de su flujo…

…continuara…?
 
                                                            

                                                                   

martes, 21 de abril de 2015

" frescor..."


" dulce salado..."


" come sano..."



" moda "


" bajadas..."



" pijama de piel..."


" Cleopatra "


" naturaleza "


" arnes "


" placer !!! "


" ven..."


" tortura de placer..."


" desesperada..."


" yes Sir..."


" en buena compañia..."