jueves, 19 de febrero de 2015

" un dia para ti.... "


Te has levantado descansada, te levantas y estás sola en casa porque hoy no trabajas. Te tienes que duchar porque hoy te dedicas el día para ti. Tienes que ir a la peluquería y luego ir de compras o hacer lo que te apetezca, pero dedicándote el día a ti y sin prisas. Te apetece el día que empieza, hoy puede ser un gran día. Te diriges a la ducha y te vas desnudando por el pasillo, llegas desnuda al baño y te miras la cara en el espejo, te acabas de levantar pero tienes una cara risueña, de felicidad, te sonríes y abres el agua de la ducha. Entras en la ducha, dejas caer el agua por tu cabeza y por tu espalda, te enjabonas y mientras lo haces recuerdas de repente el porqué de esa cara de felicidad, has estado toda la noche soñando que hacías el amor, sin parar, sin tregua y de ahí esa cara. Sales de la ducha, secas un poco tu cuerpo y te vas a la habitación, abres el cajón de tu ropa interior y eliges un conjunto cómodo, nada sofisticado pero muy cómodo, hoy te sientes sexy, te pongas lo que te pongas. Te pones un sujetador y unas braguitas blancas, sencillo, pero muy cómodo. Te secas un poco el pelo, y sales de casa, con unos tejanos y un top blanco ajustado, que marca tus pechos. Es pronto aun, y decides entrar en una cafetería y tomar un café, eso acabara de despertarte, es justo lo que necesitas. Mientras desayunas sientes como un par de hombres sentados en una mesa cercana a la tuya te miran. Recorren tu cuerpo con su mirada, los dos, y no te importa, hoy te sientes bien y ni dos descarados podrán hundir tu día, incluso te gusta sentirte mirada, deseada, y eso te hace recordar en un instante todo lo soñado esta noche pasada, y sientes de repente como te aprieta en tu sexo la costura de tu tejano, sientes tu sexo despierto, más vivo que nunca. Pagas tu café y sales de la cafetería, sintiendo en todo tu cuerpo las miradas de deseo clavadas en él, y sonríes por dentro, halagada. Entras en la peluquería, no hay nadie y ya te toca a ti, has llegado justo a la hora, te sientas en la cómoda butaca y le dices a la chica lo que quieres que te haga, nada sofisticado, solo unos pequeños retoques para prepararte para el verano. Mientras alcanzas una revista y la empiezas a ojear mientras te van peinando y peinando el pelo. Llegas al típico consultorio sexual de esas revistas y lo lees, aunque nunca has creído que esas preguntas las haga nadie, pero es una de las partes más leídas de esas revistas y tú también lo vas a leer. La primera consulta te hace sonreír, no es otra que una mujer pidiendo que le expliquen qué quiere decir un sueño que ha tenido en el que se pasaba toda la noche haciendo el amor, vaya casualidad…. Lees el sueño que describe y no te parece tan interesante como el tuyo, aunque no lo recuerdas del todo, recuerdas que ha sido muy intenso, muy real, y no puedes evitar intentar hacer memoria para recordarlo, y sientes de nuevo como te aprietan las costuras de tu tejano entre las piernas, sigues haciendo un esfuerzo por recordar y aunque no eres capaz de ponerle caras a tu sueño si eres capaz de recordar que lo has pasado bien, muy bien, y ahora hasta notas como se humedecen tus braguitas lentamente, y eso, lejos de molestarte te ayuda a recordar mas. La voz de tu peluquera te devuelve a la realidad, aunque no quieres, te comenta que han abierto un nuevo centro de estética y masajes muy cerca y que si quieres te puede dar una invitación para probar un masaje gratis, que lo hacen para darse a conocer entre los vecinos y clientes de la zona, y te comenta que ella lo ha probado y que la chica que se lo hizo la dejo como nueva. Te seduce la idea, ya que es tu día, porque no aprovecharlo? Mientras deja secar todos los productos y cremas que te han puesto la chica abre la puerta del local a dos hombres muy bien vestidos, y cuando entran los reconoces en seguida reflejados en el espejo, son los dos hombres que han recorrido con descaro con sus miradas todo tu cuerpo en la cafetería, y vuelves a recordar ese instante y se humedecen mas tus braguitas. Son dos representantes de productos de peluquería y mientras oyes sus voces mezcladas con la de tu peluquera tu entornas tus ojos y vuelves a buscar en tu memoria los recuerdos de la noche pasada, cada vez más reales y menos recuerdos, menos olvidados ya que no permites que se borren de tu cerebro, no quieres que se borren, al contrario, quieres recordar  hasta el mas mínimo detalle del placer vivido unas horas atrás. Sientes las manos de tu peluquera masajeando tu cabello, y eso no te ayuda a cambiar tu animo, al contrario, te anima a pensar más, a sentir más y a intentar recordar mas. Te devuelve a la realidad la chica cuando te dice que ya estas lista, y tú te levantas de la cómoda butaca y al levantarte notas no sin sorpresa que empiezas a estar muy mojada, y eso aun te excita mas. Pagas a la chica y ella te recuerda el masaje del nuevo centro y decides ir de inmediato a probarlo. Sales de la peluquería y vuelves a notar las miradas de los dos hombres en tu cuerpo, ves como por el espejo miran con descaro tus pechos a través del espejo y lo entiendes, ya que ves como tus pezones se han puesto duros y erguidos, y te vuelves a excitar, por las miradas y por sentir tu cuerpo como lo sientes. Mientras vas hacia ese nuevo local te acecha una duda, no estarás demasiado mojada?, no se te notara nada?, decides que no pasa nada, ya que te acabas de duchar así que sigues tu camino. Entras al salón de belleza y le comentas a la chica que hay en el mostrador que vienes de parte de la peluquería y que quieres probar uno de esos masajes que tan buena publicidad tienen. La chica te explica cómo funciona todo y te afirma que tienes uno gratuito para probarlo y te informa de todos los servicios que tienen, de masajes y de estética. Tú la escuchas por cortesía aunque solo piensas en aprovechar esta oferta y más en este día, en tu día. Te acompaña a una sala y te dice que tienes que quedarte en ropa interior y tumbarte en la camilla, aunque más que una camilla parece una cama de lo grande que es, y que en seguida vendrá la chica para hacerte el masaje. Se marcha y te quedas sola. La sala es bonita, ni grande ni pequeña, con luz tenue y sin que se oiga ningún ruido de fuera, es relajante, se respira tranquilidad y lo achacas a que debe de estar insonorizada, para crear una atmosfera mas relajante y lo han conseguido. Hay una mesa llena de aceites y un espejo grande, de pared a pared. Se abre la puerta y entra la chica de nuevo y te dice que la chica ha tenido que salir por una urgencia de un familiar y aunque no es nada grave no volverá hasta dentro de un par de horas. La decepción te invade y la chica lo nota ante lo que te comenta que hay un chico que también da masajes y que es muy buen profesional también y que si a ti no te importa el está libre en este momento y que el también da masajes a mujeres, y te repite que es muy buen profesional. Lo piensas un segundo y le dices que está bien, que no te importa y ella te contesta que en un segundo aparecerá. De nuevo te vuelven tus miedos, notara un hombre el aroma de tu sexo húmedo?, eso te hace ruborizarte pero te das cuenta de que eso es imposible, o no lo es ¿ Se abre la puerta, lo oyes, y escuchas una voz masculina, suave, relajante, como hecha a medida de esta habitación, te saluda y tu levantas tu mirada, ves a un hombre de tu edad, con un cuerpo normal y una sonrisa especial, como contagiosa, se te presenta, lo miras de arriba abajo, nada extraordinario, casi lo prefieres así, viste una bata blanca que como ha dicho la chica le da un aire muy profesional.  Y se presenta, y  te  explica   el tipo de masaje que te va a dar y cierra la puerta por dentro. Calienta sus manos entre sí para no hacerte saltar de frio y destapa la toalla que te llega hasta los hombros y empieza su masaje, tu masaje. Empieza a masajear tu espalda, recorriéndola lentamente, buscando las zonas donde puedes tener más tensión, y tú, poco a poco te vas relajando más, más y más. Hábilmente desabrocha tu sujetador, y te sientes mas cómoda aun, sin nada de presión en tus pechos y con tu espalda totalmente desnuda. Te masajea lentamente, muy lentamente, dándote el calor de sus manos, y cuando sus manos y tu cuerpo ya tienen la misma temperatura unta sus manos en aceites aromatizados, llega el olor de la vainilla a tus sentidos, ese olor impregna toda la habitación, ese olor solo?, en ese momento vuelves a recordar tu sueño, tu sueño y tu entrepierna húmeda hace un rato y te das cuenta que sigue estando húmeda, mas húmeda que hace un rato tal vez, te parece oler en el ambiente el olor de tu sexo, de tu flujo, pero ahora mismo eso es lo que menos te importa, estas demasiado a gusto, y hoy es tu día, te lo mereces todo, ese olor también. Baja un poco más la toalla, dejando un poco a la vista tus cómodas braguitas, pero no te importa, es más, te gusta. Sigue impregnando tu espalda con los aceites, sientes sus manos resbalar por tu piel, una y otra vez, y eso vuelva a traer a tu memoria tu sueño, jurarías que algo así pasaba en tu sueño. Sientes calor en tus nalgas, y el parece notar eso y te  quita la toalla, dejando todo tu culo con tus braguitas a su vista, no te molesta, al contrario, sientes una ola de excitación invadir todo tu cuerpo. Sus dedos recorren toda tu espalda, tu cuello, de lado a lado, tus costados, con sus dedos resbaladizos rozan el contorno de tus pechos, haciendo despertar tus pezones de su letargo y haciendo que se pongan duros, duros como piedras contra la toalla que cubre la camilla. Recorre tu espalda una y otra vez, de arriba abajo, y llega hasta la goma de tus braguitas. Y mete sus yemas de los dedos bajo el elástico de ellas. Tu las bajas un poco más,  dejando el principio del escote de tu culo a su vista, y el pone aceite también ahí. Sientes tu cuerpo ardiendo y no sabes ni cómo pero le dices que si entra en el masaje también puede masajear tus nalgas, que no te molesta, y el pasa sus dedos sobre tus nalgas, sobre tus bragas. Lo hace de manera muy sutil, muy suave, y tú te estremeces a cada momento, hasta que llega el punto de que no sabes cómo pero que estas quemando, y coges tus bragas y te las bajas, sin levantarte de la camilla. En no se asusta, al contrario, y te ayuda a bajártelas, sin levantarte, te las va bajando muy lentamente, y te las quita del todo, y te las da, tu las coges y las pones junto a ti, ahora si notas como estaban de empapadas, no sabes si de antes o de ahora, pero pasas tus dedos por ellas y están empapadas, tus bragas y tu sexo, lo notas y no te importa, al contrario, te gusta, te llega el olor de tus bragas, que se mezcla de nuevo con el olor a vainilla de los aceites, y sigue masajeando tu espalda sin parar. De repente coge tus piernas y las separa, tú te dejas hacer, las abres lentamente y notas como cae el flujo entre ellas hacia tu pubis. El se aleja un momento de ti, pasa delante de ti, y lo ves encendiendo unas velas, lo ves ante ti y te parece descubrir que bajo esa bata solo lleva su ropa interior, y te parece ver que su miembro esta tan excitado como tu sexo ya que ves un bulto sospechoso que te excita más aun. Se vuelve a poner tras de ti, de pie, entre tus piernas abiertas y tu tumbada en la camilla, vuelve a untar su mano en aceite y lo vuelve a extender por toda tu espalda, pero esta vez no se para al final de tu espalda. Sientes como sus dedos siguen bajando por en medio de tus nalgas, los sientes recorriendo tus culo entre tus nalgas, mojando de aceites todo tu culo, todo. Tú levantas ligeramente tu culo, dejándolo más libre, más abierto para sus dedos, para que sus dedos te recorran toda. Llegado este momento ya sabes que esto no es un masaje normal y decides disfrutar plenamente, pasas tu mano por debajo de tu cuerpo , entre tus piernas y alcanzas tu sexo, lo acaricias, lo sientes, empapado, tremendamente mojado, mientras sus dedos siguen recorriendo tu culo por entre tus nalgas y mojándolo todo en aceite. Mueves tus dedos y acaricias los suyos, y los guías hasta tu sexo, y entre los dos te frotan tu sexo empapado. Hace mucho calor, tú no puedes quitarte más ropa pero el sí, tu suspiras de placer sin dejar de acariciar tu sexo, y él se quita la bata y la camiseta, quedándose solo con su ropa interior, que aprisiona su bulto, su gran bulto en estos momentos. Vuelva a acariciar tu culo y tu se lo levantas aun mas, poniéndote casi de rodillas, pero levantando solo tu culo, notando como le excita a él eso, excitándote tu más todavía. Notas su respiración, que se une a la tuya, y oyes algo así como “me encanta el sabor de la vainilla”, y lo siguiente que sientes es su lengua recorriendo tus nalgas, recorriendo tu culo por en medio de tu culo, y su  respiración en tu culo, unidos a tus suspiros y tus gemidos. Te da la vuelta y te deja desnuda ante él, entre tus piernas solo con su boxer. Tus piernas flexionadas, abierta de piernas ante él, se separa un momento de ti y cuando lo vuelves a ver lo ves dejando caer chocolate liquido por tus pechos, otro tipo de masaje, y a este sigue invitando la casa, en este momento das gracias de que la sala este insonorizada ya que te das cuenta del fuerte ruido de la respiración de los dos, casi gemidos, de placer, del placer que sientes mientras extiendo el chocolate por todo tu cuerpo. Lo extiendo por tus pechos, pellizcando suavemente tus pezones, tú miras mis manos recorriendo tus pechos, y mueves tus piernas para sentir como chorreas de flujo. Lo extiende por tu cintura, y lo lleva hasta tu sexo. Ahora se desnuda del todo ante ti, entre tus piernas, y se inclina hacia tus pechos, y los empieza a lamer, lentamente, degustando el sabor de tu piel mezclado con el chocolate, saboreándote. Su  lengua recorre tu vientre, llegando a tus ingles, y ahí recoge con su lengua el chocolate mezclado con el flujo que tú has esparcido al mover tus piernas, lo saborea, disfrutando del sabor dulce del chocolate y del sabor salado de tu flujo. Tú gimes, mirando como lame tus ingles, deseando que devore tu sexo, pero aun no, aun no toca. Se vuelve a inclinar hacia ti, besando tu cuello, y pasando su lengua empapada en chocolate por la comisura de tus labios, pero colocando sobre tu clítoris su miembro, duro y empapado que se mezcla en tu flujo y el chocolate. Lame tu cuello y tus pechos de nuevo, moviendo su cuerpo para que su sexo frote tu clítoris, masturbándote así, y cogiendo fuerte tus manos a los lados de tu cabeza, que desean cogerlo, asirlo, tenerlo, pero te coje fuerte y evita que puedas tocarle, tocarte. Y sigue frotándose  contra ti. Ahora te suelta y tu llevas sus manos asidas entre tus piernas y las mojas en tu sexo y en el chocolate, mojando los dedos en ti, y el  coge su miembro a punto de explotar y lo va  frotando en su mano contra tu sexo, y contra tu culo, restregándolo por todo tu culo, empapando tu culo de su  flujo, de tu flujo y del dulce chocolate. Seguiis masturbándote, dejando que acaricies su  miembro y empapes tus dedos en el. Ahora coge tus manos y las coloca a los lados de tu cuerpo, se  inclina y si, ahora sí, devora tu sexo, como nunca antes te habían devorado, bebiéndote, bebiéndose  el chocolate, y tu jadeando, mirando, gimiendo, sintiendo, y deseando sentirte  así para siempre, comiéndote. Se  levanta  y te mira a los ojos, y pone  tus manos a los lados de tu cabeza, cogiéndote con fuerza, te quieres liberar pero no te deja, y de repente embiste tu sexo con su miembro duro, te penetra, profundamente, hasta tus entrañas, y una vez dentro de ti hace más presión. Se mueve  lentamente, muy lentamente, entrando y saliendo de ti, tu aprietas mas contra el , los dos jadeais y gemis de placer, mirándos a los ojos, te suelta un poco las manos y tú te incorporas un poco porque deseas ver como entra y sale de ti, y eso te excita más aun, te libera  una mano y la pones rápidamente en su  sexo, y empiezas a masturbarte, mientras te penetra  sin piedad , buscando tu placer, su placer, vuestro placer, estais cerca del clímax, estais ya gritando, viendo llegar el momento, sintiéndolo en vuestros cuerpos, admitiendo el final, y aumentais el ritmo de vuestros sexos, de vuestros cuerpos, vuestra respiración se acelera aun mas, vuestros corazones bombean más sangre a vuestros duros sexos, vuestros gritos ahogan vuestros jadeos, vuestros jadeos ahogan vuestros gemidos, todo envuelto en una imagen espectral reflejada en el espejo, entre luz de velas y el olor de la vainilla y el chocolate, con el olor y el sabor de vuestros flujos , y todo acompañado por el incesante y ensordecedor ruido del chapoteo de su sexo dentro de ti, con cantidad de su  flujo y chocolate dentro de ti, y acaba todo en un grito de placer ensordecedor mientras  os correis, mientras se  corre dentro de ti, mientras te corres envolviendo su  sexo, chorreando, dejando salir todo,  hasta que sale todo de su  sexo, mientras se  deja  caer sobre ti, corriéndose  aun y fundiendo  vuestras lenguas,  vuestros labios, vuestras bocas, en un beso eterno, como eterno e imborrable el placer acabado de sentir, como tu sueño vivido, como tu sueño soñado, como tú, tu sueño…
 
 
 

 

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