Te has levantado descansada, te levantas y estás sola en
casa porque hoy no trabajas. Te tienes que duchar porque hoy te dedicas el día
para ti. Tienes que ir a la peluquería y luego ir de compras o hacer lo que te
apetezca, pero dedicándote el día a ti y sin prisas. Te apetece el día que
empieza, hoy puede ser un gran día. Te diriges a la ducha y te vas desnudando
por el pasillo, llegas desnuda al baño y te miras la cara en el espejo, te
acabas de levantar pero tienes una cara risueña, de felicidad, te sonríes y
abres el agua de la ducha. Entras en la ducha, dejas caer el agua por tu cabeza
y por tu espalda, te enjabonas y mientras lo haces recuerdas de repente el
porqué de esa cara de felicidad, has estado toda la noche soñando que hacías el
amor, sin parar, sin tregua y de ahí esa cara. Sales de la ducha, secas un poco
tu cuerpo y te vas a la habitación, abres el cajón de tu ropa interior y eliges
un conjunto cómodo, nada sofisticado pero muy cómodo, hoy te sientes sexy, te
pongas lo que te pongas. Te pones un sujetador y unas braguitas blancas,
sencillo, pero muy cómodo. Te secas un poco el pelo, y sales de casa, con unos
tejanos y un top blanco ajustado, que marca tus pechos. Es pronto aun, y
decides entrar en una cafetería y tomar un café, eso acabara de despertarte, es
justo lo que necesitas. Mientras desayunas sientes como un par de hombres
sentados en una mesa cercana a la tuya te miran. Recorren tu cuerpo con su
mirada, los dos, y no te importa, hoy te sientes bien y ni dos descarados
podrán hundir tu día, incluso te gusta sentirte mirada, deseada, y eso te hace
recordar en un instante todo lo soñado esta noche pasada, y sientes de repente
como te aprieta en tu sexo la costura de tu tejano, sientes tu sexo despierto, más
vivo que nunca. Pagas tu café y sales de la cafetería, sintiendo en todo tu
cuerpo las miradas de deseo clavadas en él, y sonríes por dentro, halagada.
Entras en la peluquería, no hay nadie y ya te toca a ti, has llegado justo a la
hora, te sientas en la cómoda butaca y le dices a la chica lo que quieres que
te haga, nada sofisticado, solo unos pequeños retoques para prepararte para el
verano. Mientras alcanzas una revista y la empiezas a ojear mientras te van
peinando y peinando el pelo. Llegas al típico consultorio sexual de esas
revistas y lo lees, aunque nunca has creído que esas preguntas las haga nadie,
pero es una de las partes más leídas de esas revistas y tú también lo vas a
leer. La primera consulta te hace sonreír, no es otra que una mujer pidiendo
que le expliquen qué quiere decir un sueño que ha tenido en el que se pasaba
toda la noche haciendo el amor, vaya casualidad…. Lees el sueño que describe y
no te parece tan interesante como el tuyo, aunque no lo recuerdas del todo,
recuerdas que ha sido muy intenso, muy real, y no puedes evitar intentar hacer
memoria para recordarlo, y sientes de nuevo como te aprietan las costuras de tu
tejano entre las piernas, sigues haciendo un esfuerzo por recordar y aunque no
eres capaz de ponerle caras a tu sueño si eres capaz de recordar que lo has
pasado bien, muy bien, y ahora hasta notas como se humedecen tus braguitas
lentamente, y eso, lejos de molestarte te ayuda a recordar mas. La voz de tu
peluquera te devuelve a la realidad, aunque no quieres, te comenta que han
abierto un nuevo centro de estética y masajes muy cerca y que si quieres te
puede dar una invitación para probar un masaje gratis, que lo hacen para darse
a conocer entre los vecinos y clientes de la zona, y te comenta que ella lo ha
probado y que la chica que se lo hizo la dejo como nueva. Te seduce la idea, ya
que es tu día, porque no aprovecharlo? Mientras deja secar todos los productos
y cremas que te han puesto la chica abre la puerta del local a dos hombres muy
bien vestidos, y cuando entran los reconoces en seguida reflejados en el
espejo, son los dos hombres que han recorrido con descaro con sus miradas todo
tu cuerpo en la cafetería, y vuelves a recordar ese instante y se humedecen mas
tus braguitas. Son dos representantes de productos de peluquería y mientras oyes
sus voces mezcladas con la de tu peluquera tu entornas tus ojos y vuelves a
buscar en tu memoria los recuerdos de la noche pasada, cada vez más reales y
menos recuerdos, menos olvidados ya que no permites que se borren de tu
cerebro, no quieres que se borren, al contrario, quieres recordar hasta el mas mínimo detalle del placer vivido
unas horas atrás. Sientes las manos de tu peluquera masajeando tu cabello, y
eso no te ayuda a cambiar tu animo, al contrario, te anima a pensar más, a
sentir más y a intentar recordar mas. Te devuelve a la realidad la chica cuando
te dice que ya estas lista, y tú te levantas de la cómoda butaca y al
levantarte notas no sin sorpresa que empiezas a estar muy mojada, y eso aun te
excita mas. Pagas a la chica y ella te recuerda el masaje del nuevo centro y
decides ir de inmediato a probarlo. Sales de la peluquería y vuelves a notar
las miradas de los dos hombres en tu cuerpo, ves como por el espejo miran con
descaro tus pechos a través del espejo y lo entiendes, ya que ves como tus
pezones se han puesto duros y erguidos, y te vuelves a excitar, por las miradas
y por sentir tu cuerpo como lo sientes. Mientras vas hacia ese nuevo local te
acecha una duda, no estarás demasiado mojada?, no se te notara nada?, decides
que no pasa nada, ya que te acabas de duchar así que sigues tu camino. Entras
al salón de belleza y le comentas a la chica que hay en el mostrador que vienes
de parte de la peluquería y que quieres probar uno de esos masajes que tan
buena publicidad tienen. La chica te explica cómo funciona todo y te afirma que
tienes uno gratuito para probarlo y te informa de todos los servicios que
tienen, de masajes y de estética. Tú la escuchas por cortesía aunque solo
piensas en aprovechar esta oferta y más en este día, en tu día. Te acompaña a
una sala y te dice que tienes que quedarte en ropa interior y tumbarte en la
camilla, aunque más que una camilla parece una cama de lo grande que es, y que
en seguida vendrá la chica para hacerte el masaje. Se marcha y te quedas sola.
La sala es bonita, ni grande ni pequeña, con luz tenue y sin que se oiga ningún
ruido de fuera, es relajante, se respira tranquilidad y lo achacas a que debe
de estar insonorizada, para crear una atmosfera mas relajante y lo han
conseguido. Hay una mesa llena de aceites y un espejo grande, de pared a pared.
Se abre la puerta y entra la chica de nuevo y te dice que la chica ha tenido
que salir por una urgencia de un familiar y aunque no es nada grave no volverá
hasta dentro de un par de horas. La decepción te invade y la chica lo nota ante
lo que te comenta que hay un chico que también da masajes y que es muy buen
profesional también y que si a ti no te importa el está libre en este momento y
que el también da masajes a mujeres, y te repite que es muy buen profesional. Lo
piensas un segundo y le dices que está bien, que no te importa y ella te
contesta que en un segundo aparecerá. De nuevo te vuelven tus miedos, notara un
hombre el aroma de tu sexo húmedo?, eso te hace ruborizarte pero te das cuenta
de que eso es imposible, o no lo es ¿ Se abre la puerta, lo oyes, y escuchas
una voz masculina, suave, relajante, como hecha a medida de esta habitación, te
saluda y tu levantas tu mirada, ves a un hombre de tu edad, con un cuerpo
normal y una sonrisa especial, como contagiosa, se te presenta, lo miras de
arriba abajo, nada extraordinario, casi lo prefieres así, viste una bata blanca
que como ha dicho la chica le da un aire muy profesional. Y se presenta, y te explica el
tipo de masaje que te va a dar y cierra la puerta por dentro. Calienta sus
manos entre sí para no hacerte saltar de frio y destapa la toalla que te llega
hasta los hombros y empieza su masaje, tu masaje. Empieza a masajear tu
espalda, recorriéndola lentamente, buscando las zonas donde puedes tener más
tensión, y tú, poco a poco te vas relajando más, más y más. Hábilmente
desabrocha tu sujetador, y te sientes mas cómoda aun, sin nada de presión en
tus pechos y con tu espalda totalmente desnuda. Te masajea lentamente, muy
lentamente, dándote el calor de sus manos, y cuando sus manos y tu cuerpo ya
tienen la misma temperatura unta sus manos en aceites aromatizados, llega el
olor de la vainilla a tus sentidos, ese olor impregna toda la habitación, ese
olor solo?, en ese momento vuelves a recordar tu sueño, tu sueño y tu
entrepierna húmeda hace un rato y te das cuenta que sigue estando húmeda, mas húmeda
que hace un rato tal vez, te parece oler en el ambiente el olor de tu sexo, de
tu flujo, pero ahora mismo eso es lo que menos te importa, estas demasiado a
gusto, y hoy es tu día, te lo mereces todo, ese olor también. Baja un poco más
la toalla, dejando un poco a la vista tus cómodas braguitas, pero no te
importa, es más, te gusta. Sigue impregnando tu espalda con los aceites,
sientes sus manos resbalar por tu piel, una y otra vez, y eso vuelva a traer a
tu memoria tu sueño, jurarías que algo así pasaba en tu sueño. Sientes calor en
tus nalgas, y el parece notar eso y te
quita la toalla, dejando todo tu culo con tus braguitas a su vista, no
te molesta, al contrario, sientes una ola de excitación invadir todo tu cuerpo.
Sus dedos recorren toda tu espalda, tu cuello, de lado a lado, tus costados,
con sus dedos resbaladizos rozan el contorno de tus pechos, haciendo despertar
tus pezones de su letargo y haciendo que se pongan duros, duros como piedras
contra la toalla que cubre la camilla. Recorre tu espalda una y otra vez, de
arriba abajo, y llega hasta la goma de tus braguitas. Y mete sus yemas de los
dedos bajo el elástico de ellas. Tu las bajas un poco más, dejando el principio del escote de tu culo a
su vista, y el pone aceite también ahí. Sientes tu cuerpo ardiendo y no sabes
ni cómo pero le dices que si entra en el masaje también puede masajear tus
nalgas, que no te molesta, y el pasa sus dedos sobre tus nalgas, sobre tus
bragas. Lo hace de manera muy sutil, muy suave, y tú te estremeces a cada
momento, hasta que llega el punto de que no sabes cómo pero que estas quemando,
y coges tus bragas y te las bajas, sin levantarte de la camilla. En no se
asusta, al contrario, y te ayuda a bajártelas, sin levantarte, te las va
bajando muy lentamente, y te las quita del todo, y te las da, tu las coges y
las pones junto a ti, ahora si notas como estaban de empapadas, no sabes si de
antes o de ahora, pero pasas tus dedos por ellas y están empapadas, tus bragas
y tu sexo, lo notas y no te importa, al contrario, te gusta, te llega el olor
de tus bragas, que se mezcla de nuevo con el olor a vainilla de los aceites, y
sigue masajeando tu espalda sin parar. De repente coge tus piernas y las
separa, tú te dejas hacer, las abres lentamente y notas como cae el flujo entre
ellas hacia tu pubis. El se aleja un momento de ti, pasa delante de ti, y lo
ves encendiendo unas velas, lo ves ante ti y te parece descubrir que bajo esa
bata solo lleva su ropa interior, y te parece ver que su miembro esta tan
excitado como tu sexo ya que ves un bulto sospechoso que te excita más aun. Se
vuelve a poner tras de ti, de pie, entre tus piernas abiertas y tu tumbada en
la camilla, vuelve a untar su mano en aceite y lo vuelve a extender por toda tu
espalda, pero esta vez no se para al final de tu espalda. Sientes como sus
dedos siguen bajando por en medio de tus nalgas, los sientes recorriendo tus
culo entre tus nalgas, mojando de aceites todo tu culo, todo. Tú levantas
ligeramente tu culo, dejándolo más libre, más abierto para sus dedos, para que
sus dedos te recorran toda. Llegado este momento ya sabes que esto no es un
masaje normal y decides disfrutar plenamente, pasas tu mano por debajo de tu
cuerpo , entre tus piernas y alcanzas tu sexo, lo acaricias, lo sientes,
empapado, tremendamente mojado, mientras sus dedos siguen recorriendo tu culo
por entre tus nalgas y mojándolo todo en aceite. Mueves tus dedos y acaricias
los suyos, y los guías hasta tu sexo, y entre los dos te frotan tu sexo
empapado. Hace mucho calor, tú no puedes quitarte más ropa pero el sí, tu
suspiras de placer sin dejar de acariciar tu sexo, y él se quita la bata y la
camiseta, quedándose solo con su ropa interior, que aprisiona su bulto, su gran
bulto en estos momentos. Vuelva a acariciar tu culo y tu se lo levantas aun
mas, poniéndote casi de rodillas, pero levantando solo tu culo, notando como le
excita a él eso, excitándote tu más todavía. Notas su respiración, que se une a
la tuya, y oyes algo así como “me encanta el sabor de la vainilla”, y lo siguiente
que sientes es su lengua recorriendo tus nalgas, recorriendo tu culo por en
medio de tu culo, y su respiración en tu
culo, unidos a tus suspiros y tus gemidos. Te da la vuelta y te deja desnuda
ante él, entre tus piernas solo con su boxer. Tus piernas flexionadas, abierta
de piernas ante él, se separa un momento de ti y cuando lo vuelves a ver lo ves
dejando caer chocolate liquido por tus pechos, otro tipo de masaje, y a este
sigue invitando la casa, en este momento das gracias de que la sala este
insonorizada ya que te das cuenta del fuerte ruido de la respiración de los
dos, casi gemidos, de placer, del placer que sientes mientras extiendo el
chocolate por todo tu cuerpo. Lo extiendo por tus pechos, pellizcando
suavemente tus pezones, tú miras mis manos recorriendo tus pechos, y mueves tus
piernas para sentir como chorreas de flujo. Lo extiende por tu cintura, y lo
lleva hasta tu sexo. Ahora se desnuda del todo ante ti, entre tus piernas, y se
inclina hacia tus pechos, y los empieza a lamer, lentamente, degustando el
sabor de tu piel mezclado con el chocolate, saboreándote. Su lengua recorre tu vientre, llegando a tus
ingles, y ahí recoge con su lengua el chocolate mezclado con el flujo que tú
has esparcido al mover tus piernas, lo saborea, disfrutando del sabor dulce del
chocolate y del sabor salado de tu flujo. Tú gimes, mirando como lame tus
ingles, deseando que devore tu sexo, pero aun no, aun no toca. Se vuelve a
inclinar hacia ti, besando tu cuello, y pasando su lengua empapada en chocolate
por la comisura de tus labios, pero colocando sobre tu clítoris su miembro,
duro y empapado que se mezcla en tu flujo y el chocolate. Lame tu cuello y tus
pechos de nuevo, moviendo su cuerpo para que su sexo frote tu clítoris,
masturbándote así, y cogiendo fuerte tus manos a los lados de tu cabeza, que
desean cogerlo, asirlo, tenerlo, pero te coje fuerte y evita que puedas tocarle,
tocarte. Y sigue frotándose contra ti.
Ahora te suelta y tu llevas sus manos asidas entre tus piernas y las mojas en
tu sexo y en el chocolate, mojando los dedos en ti, y el coge su miembro a punto de explotar y lo
va frotando en su mano contra tu sexo, y
contra tu culo, restregándolo por todo tu culo, empapando tu culo de su flujo, de tu flujo y del dulce chocolate.
Seguiis masturbándote, dejando que acaricies su miembro y empapes tus dedos en el. Ahora coge
tus manos y las coloca a los lados de tu cuerpo, se inclina y si, ahora sí, devora tu sexo, como
nunca antes te habían devorado, bebiéndote, bebiéndose el chocolate, y tu jadeando, mirando, gimiendo,
sintiendo, y deseando sentirte así para
siempre, comiéndote. Se levanta y te mira a los ojos, y pone tus manos a los lados de tu cabeza, cogiéndote
con fuerza, te quieres liberar pero no te deja, y de repente embiste tu sexo
con su miembro duro, te penetra, profundamente, hasta tus entrañas, y una vez
dentro de ti hace más presión. Se mueve lentamente, muy lentamente, entrando y
saliendo de ti, tu aprietas mas contra el , los dos jadeais y gemis de placer,
mirándos a los ojos, te suelta un poco las manos y tú te incorporas un poco porque
deseas ver como entra y sale de ti, y eso te excita más aun, te libera una mano y la pones rápidamente en su sexo, y empiezas a masturbarte, mientras te
penetra sin piedad , buscando tu placer,
su placer, vuestro placer, estais cerca del clímax, estais ya gritando, viendo
llegar el momento, sintiéndolo en vuestros cuerpos, admitiendo el final, y
aumentais el ritmo de vuestros sexos, de vuestros cuerpos, vuestra respiración
se acelera aun mas, vuestros corazones bombean más sangre a vuestros duros sexos,
vuestros gritos ahogan vuestros jadeos, vuestros jadeos ahogan vuestros
gemidos, todo envuelto en una imagen espectral reflejada en el espejo, entre
luz de velas y el olor de la vainilla y el chocolate, con el olor y el sabor de
vuestros flujos , y todo acompañado por el incesante y ensordecedor ruido del
chapoteo de su sexo dentro de ti, con cantidad de su flujo y chocolate dentro de ti, y acaba todo
en un grito de placer ensordecedor mientras
os correis, mientras se corre
dentro de ti, mientras te corres envolviendo su sexo, chorreando, dejando salir todo, hasta que sale todo de su sexo, mientras se deja
caer sobre ti, corriéndose aun y
fundiendo vuestras lenguas, vuestros labios, vuestras bocas, en un beso
eterno, como eterno e imborrable el placer acabado de sentir, como tu sueño
vivido, como tu sueño soñado, como tú, tu sueño…
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