Silvia se
habia tomado unos días de descanso de su trabajo en la clínica de la capital.
Decidió hacer una visita a la costa, un hotel de 4 estrellas es lo que
necesitaba para recuperarse de unos meses estresantes. Estaban en febrero y
fuera de temporada por lo que no tuvo ningún problema para hacer la reserva,
además, iba sola y aunque tampoco era muy exigente encontró un hotel de
categoría y a un muy buen precio ya que aunque tenia un buen sueldo de doctora
no acostumbraba a malgastar el dinero.
Cogió el
avión temprano y cuando su vuelo aterrizo desde allí tomo un taxi que tardo una
hora en recorrer los kilómetros que separaban el aeropuerto del hotel.
Paso por
recepción para recoger la tarjeta de la habitación y se dirigió a ella a
deshacer su pequeña trolley samsonite y su mochila que la acompañaba desde
hacia muchos años en todos sus viajes.
En ocasiones
viajaba con amigas o incluso algún novio que había tenido pero también le
gustaba viajar sola ya que asi podía hacer y deshacer a su aire.
Deshizo la
maleta y lo coloco todo en su sitio, Silvia es asi, organizada este donde este.
Y abrió la puerta de la terraza de su habitación, siempre que podía elegia una
habitación con terraza, fuera la época del año que fuera, le daba mas sensación
de libertad. Salió a la terraza, ya casi era mediodía, había elegido algún
lugar en la costa del sol por esto, por las temperaturas y el clima, había
salido de la capital lloviendo y ahora estaba en cambio a algo mas de 20
grados, febrero y una temperatura fantástica, eso es lo que ella buscaba,
olvidarse por unos días de jerseys y abrigos y paraguas, y cambiarlo por ropa
mas fina y veraniega. Se asomo y vio la piscina abajo, estaba vacia, de hecho
parecía que el hotel también estuviera casi vacio, solo había visto a algunas
personas hasta llegar a su habiatacion y
mayoría de ellas eran extranjeros. Eso le gustaba, odiaba las
aglomeraciones. Entro a la habitación y se preparo para ir a la piscina, sabia
que en la azotea del hotel había otra piscina, que no tenia servicio de bar asi
que la poca gente que hubiera en el hotel seguro que iban a la piscina de la
planta baja, cogió un botellín de agua del mueble bar y saco también de su
bolso el libro que estaba leyendo en estos momentos y su mp4, lo dejo todo
preparado junto a una toalla y se desnudo, dejo su ropa sobre la silla, y
desnuda fue al armario, para elegir el bikini, desnuda frente al armario y
junto a un espejo que reflejaba su esbelto cuerpo se decidió por un bikini
blanco, se lo puso y se puso sobre el un fino vestido blanco ibizenco, salió de
la habitación y fue hacia el ascensor. Subió a la azotea, abrió una puerta que
estaba cerrada suponiendo que allí estaría la piscina y asi era, una piscina
para ella sola, como había imaginado no había nadie. Eligio una hamaca, la
coloco de cara al sol y estiro su toalla sobre ella, se quito el vestido y se
sento a leer. Estaba en la gloria, silencio, su libro y el sol. Dejo de leer
para ponerse un poco de crema con spray para no quema su piel y siguió leyendo,
estaba leyendo “ Diario de una ninfómana” y le gustaba, solia leer un poco de
todo pero en esta ocasión ese era su libro de cabecera, y con el que había
tenido algunas noches solitarias humedas, rememorando algunos capítulos y
entremezclándolos con recuerdos propios. Se puso el mp4 y se estiro en la
hamaca boca abajo, música clásica, la relajaba, se deshizo el nudo del
sujetador de su bikini y se quedo tumbada asi, recordando el ultimo capitulo
que acababa de leer, había conseguido excitarla. Estaba entre la realidad y el
sueño del capitulo cuando se incorporo en la hamaca y se sento a dar un sorbo
de agua de su botellín. Dejo su mp4 en el suelo y entonces oyo, -- Buenos días
– miro y vio a un hombre, sentado en una hamaca, al otro lado de la piscina
frente a ella, Silvia se dio cuenta de que iba sin el sujetador pero era
demasiado tarde, si ahora se cubria los pechos quedaría como una mojigata, y
aunque no era una cuaquiera tampoco era una cria que se avergonzara por
cualquier cosa. – buenos días – contesto Silvia con educación, y se puso de nuevo
a leer. Por encima de sus gafas de sol veía al hombre, frente a ella, y parecía
que él la estuviera mirando asi que decidió centrarse en su lectura para no
ponerse nerviosa aunque tal vez el remedio fue peor que la enfermedad, estaba
leyendo un capitulo en el que una chica tenia un encuentro sexual con un
desconocido misterioso, tal vez alguien como el vecino de hamaca en la piscina.
Se sentía observada, el libro tapaba sus pechos pero él seguía mirando en su
dirección, Silvia no sabia porque pero la situación la excitaba, no sabia si
era por el libro, por el morbo de sentirse observada o por las noches que hacia
que dormía sola y sin saber como ni porque abrió sus piernas y las dejo
colgando a los lados de la hamaca. Si su vecino de piscina la estaba mirando en
estos momentos la veía abierta de piernas sobre la hamaca. Dejo el libro,
mostraba sus pechos ahora, y cogió el botellín de nuevo, bebió y un poco de
agua cayo de su boca, por su cuello, por su vientre, haciéndola estremecer a
pasar por su piel caliente, y llego hasta su sexo sobre su bikini, se mojo su
bikini blanco aunque por dentro hacia rato que ya estaba mojado. Mientras bebía
miraba al hombre, y lo que vio casi le hace derramar toda el agua, él mientras
seguía pareciendo que la estaba mirando ahora abierta de piernas pasaba su mano
sobre su sexo sobre el bañador, sin ningún disimulo, o era Silvia quien se
estaba volviendo loca o estaba soñando? No, él se estaba acariciando suavemete,
Silvia estaba segura de ello. Silvia no
sabia que le pasaba,estaba casi mareada, quízas había desayunado poco? No. Quizás hacia
demasiado calor? No. Mas bien era ella la que estaba caliente. Se levanto de su
hamaca, sin hacer nada por cubrir sus pechos, necesitaba aire. Se puso en pie y
camino hacia el muro de piedra que hacia de baranda de la terraza. Se apoyo y
tomo una gran bocanada de aire de mar, abajo estaba la piscina, solo había dos
personas aunque Silvia dudo de que ninguna de las dos tuviera tanto calor como
tenia ella o tal vez mejor dicho que ninguna de las dos personas de allí abajo
estaba tan caliente como lo estaba ella.
Inclinada
sobre el muro de repente unas manos poderosas le bajan las bragas blancas de su
bikini, Silvia no sabe porque pero no sale huyendo y gritando, tal vez si que
lo sabe, porque estaba deseando eso, y por eso solo se vuelve y mira tras ella,
él esta arrodillado, detrás de ella, ella con las bragas blancas bajadas por
las rodilas donde él las ha dejado, y sus manos cogen las nalgas de Silvia y
las separa, Silvia mira, y lo ve, lo ve a él, arrodillado, detrás de su culo, y
como separa sus nalgas, como las abre y mete su cara entre ellas, lo veía,
hundiendo su cara entre sus nalgas, y lo sentía, sentía su lengua lamiendo su
culo, sentía su lengua entrando en su culo, Silvia sentía su sexo empapado,
notaba como estaba de mojada, y deseaba que él la hiciera suya, que la tomara,
que la tomara de todas las formas que él deseara, lo ansiaba. Silvia ponía su
culo en pompa, para ofrecérselo a él, para que él lo saboreara y ella lo disfrutara,
la situación la volvia loca, estaba en la azotea de un hotel al que había
llegado apenas hacia un par de horas y un desconocido le estaba comiendo el
culo, devorandesolo y ella disfrutándolo.
Él le quito las bragas y Silvia subió una pierna sobre el muro,
ofreciendo a los ojos de él su sexo rasurado empapado, y él lo tomo, lo tomo
sin dejar de trabajar su culo, empezó a lamer su sexo desde atrás y metiendo un
dedo en su culo, Silvia se sentía extasiada, se sentía salvaje, se sentía
sucia, deseaba que él le hiciera de todo, todo lo que quisiera, nunca se había sentido
asi, sentía la lengua que penetraba su sexo y el dedo que penetraba su culo y
Silvia se movia, se movia para que se clavara todo mas en ella, en su sexo, en
su culo, estaba tan caliente que se descubrió pellizcándose sus pezones,
desesperada de placer, y eso le hizo querer mas, lamio sus dedos y empezó a
frotar su clítoris con fuerza, sentía en la yema de sus dedos el calor de su
clítoris y la lengua humeda de él rozandolos mientras se la metia en su sexo.
Silvia se metió un dedo dentro de su sexo, sintió como tocaba la lengua de él,
pero él dejo de lamer, se puso en pie y metió un dedo en su sexo también, un
dedo de cada uno de los dos estaba en su coñito y ella se volvia loca y
mientras el otro dedo de él seguía en su culo, abriéndose paso y moviéndose,
notaba como los dos dedos juntos en su coñito chocaban contra el dedo del culo
dentro de ella, y eso la volvia loca, la excitaba mas aun. El estaba en pie,
detrás de ella, sentía su respiración en su cuello y Silvia se volvió,
ofreciéndole su lengua, las lenguas de ambos se lamian, humedas y muy
calientes. Silvia dejo de tocarse, ahora era él quien la tocaba, él solo, y
ella era toda suya, sentía las manos que recorrían su cuerpo, como tomaba sus
pechos, apretando sus pezones entre sus dedos, sentía sus manos llegar a su
sexo y abrirlo y acariciarlo, acariciarlo y frotarlo, frotarlo y penetrarlo con
sus dedos, todo ella de espaldas a él, sintiendo su verga dura pegada a su
cuerpo y mojándola de su flujo, no sabia cuando se había despojado de su
bañador pero si notaba como estaba de duro y todo ello casi asomados en la terraza del atico. Silvia
noto entonces como él la penetraba, noto como su verga encontró el camino de su
sexo, la sintió resbalar por su culo hasta entrar en su coñito empapado, la
sintió entrar hasta sus entrañas y más profundo aun, sentía como él apretaba
mas pretendiendo entrar mas profundo aun, sentía casi dolor, pero ese dolor le
provocaba mas placer y entonces el empezó a entrar y salir de ella, lentamente,
torturándola placenteramente cada vez que entraba y salía, Silvia gemia de
placer, estaba desatada, y quería mas, estaba entregada, se sentía usada y eso
la excitaba mas aun, aunque tal vez era ella quien estaba usando a alguien,
dejándose hacer. El seguía penetrándola, una y otra vez, una y otra vez, a cada
embestida un gemido mayor de Silvia, sentía que se iba a correr pero aun asi
querria mas, mientras sentía como era follada por un desconocido volvió a
frotar su clítoris y él amasaba sus pechos provocando en sus pezones un dolor
placentero, Silvia gritaba, pidiendo más y más y con un ultimo grito y estertor
de su cuerpo se corrió, se corrió con la polla de él dentro de su sexo, y él
aun después de haberse corrido ella aun seguía embistiendo, y ella, Silvia, aun
habiéndose corrido seguía sintiendo placer en cada terminación nerviosa de su
cuerpo.
Silvia se
volvió, sacando la verga de dentro de ella, lo miro a los ojos, lo beso y se
arrodillo, se arrodillo ante aquel desconocido que en ese momento era su dios,
un dios solo para ella, su dios del placer. Se arrodillo y tomo su polla en su
mano, era grande, estaba chorreando, y rasurada como su coñito, la tomo y la
miro, la movio y la hizo brotar de flujo, lo hizo y lo miro a él a los ojos, lo
miro a los ojos y con su polla en su mano y mirándolo acerco su boca a su
capullo, lo lamio, lo lamio lentamente, saboreando, saboreando su fujo y
saboreando ese instante mágico, él la miraba, y eso a Silvia aun la excitaba
mas, la hacia sentirse como una puta, como una puta experta provocando y
provocando placer. Silvia se la metió entera en la boca, toda entera, y dentro
de su boca movia su lengua jugando con la verga en su boca, empezó a lamerla,
por fuera, recorriéndola toda, llenando su boca con el flujo que chorreaba de
la polla de él, degustándola como una gourmet sexual, Silvia empezó a
masturbarlo, con su mano, mientras lo miraba a él a los ojos, provocándolo, y
eso adoraba esa sensación, de sentirse poderosa , y él la miraba mientras lo
hacia, le estaba haciendo una paja, a un desconocido, mientras lamia la punta
de su polla, que se llenaba de gotas de su flujo por momentos, Silvia movia su
mano, en momentos lentamente y en momentos con velocidad y fuerza, adoraba ver
la reacción en él a cada cambio suyo. Entonces Silvia tomo all desconocido
posando sus manos en las caderas de él y metiendo su polla entera en su boca y
masturbándolo con su boca, le hacia una paja con su boca y después mientras lo
hacia con una mano apretaba sus testículos, los amasaba, apretaba sus huevos
provocándole dolor que ella sentía como placer y con un dedo mojado en la
saliva y el flujo de su polla penetro su culo, Silvia se sentía poderosa,
caliente, loca, chupando la polla de alguien que no conocía, penetrando su culo
a la vez, se sentía ahora ella la diosa del placer.
Silvia dejo
de chupar y penetrar su culo, se puso en pie, apoyo sus pechos en la baranda de
piedra dándole la espalda a él y dejando su corrida a medias, lo miro sobre su
hombro, y mientras ella misma separaba sus nalgas con sus manos abriendo su
culo le dijo, --- follame por el culo!!! , quiero que me folles por el culo!!!
--- Silvia se había masturbado muchas veces a solas en casa en su casa
fantaseando que un desconocido se la follaba por el culo, y ahora era eso lo
que mas deseaba, él se acerco, separo aun mas sus piernas con sus pies mientras
Silvia seguía aguantando sus nalgas, Silvia hubiera dado lo que fuera por ver
esa imagen, su propio culo abierto y empapado a punto de ser follado por la
verga de un desconocido, él puso la punta de su polla tocando su culo, y
suavemente empezó a empujar. Silvia apretó fuerte, quería sentir aquella polla
entera en su culo, quería sentirse sucia, casi violada, casi forzada y el la
empalo, clavo toda su polla en su culo y empezó a moverse, a entrar y salir de
su culo, Silvia sentía su culo roto y eso le daba mas placer aun, y decidió
masturbarse, correrse de nuevo, hacerse una paja mientras él desconocido se
follaba su culo, mientras la usaban, como la puta que ella fantaseaba en
ocasiones ser. Silvia oia los gemidos de los dos, oia las respiraciones de los
dos, oia los jadeos, no podían mas, y los dos se emplearon a fondo, no pararon
de moverse, él su polla en el culo de ella, Silvia moviendo su culo contra la
polla del desconocido y sin dejar de mover sus dedos, unos dentro de su coñito
y otros en su clítoris, se entregaron hasta el final, y llego ese final, entre
gemidos y casi aullidos los dos se corrieron, a la vez, el se corrió, dentro de
su culo, y Silvia siguió moviéndose, quería dejarlo seco, y cuando él saco su
polla de su culo sintió el placer de notar su leche, su regalo, chorreando de
dentro de su culo.
Silvia se
volvió, se besaron, y él dio media vuelta se fue hacia el otro lado de la
piscina mientras Silvia lo seguía con la mirada, lo vio meterse bajo el chorro
de la ducha, llegar a su hamaca, ponerse el bañador y desaparecer por la puerta
de la piscina.
Silvia se
sentía bien, no tenia ningún sentimiento de culpabilidad, se ducho también, se
vistió y bajo a la habitación. Se ducho de nuevo en su habitación, se puso un
vestido comodo y fresco y bajo al restaurante, pidió una mesa en el jardín, y
cuando se la prepararon pidió lo que había decidido ya sin haber pedido la
carta, después de su encuentro sexual decidió celebrarlo con una botella de
vino blanco que pidió también. El camarero le trajo la botella y cuando le iba
a servir la copa ella se dio cuenta de que no era la que ella había pedido y se
lo dijo al camarero a lo que este contesto --- es una recomendación dell
director del hotel – dijo señalando a alguien , Silvia se volvió y descubrió a
su vecino de hamaca, había estado hacia poco mas de una hora con el director
del hotel.
El
desconocido, ya algo conocido, se acerco, se presento, y le pidió permiso para
sentarse, Silvia acepto. Estuvieron hablando hasta que llego la comida pedida,
momento en que él se despidió, y se alejo, llevaba apenas unos meses allí él,
vivía solo y le pregunto a Silvia si podrían verse en algún momento a lo que
Silvia contesto, --- supongo que el director del hotel tendrá todas las llaves
de las habitaciones, no? – sonriendo, y él se alejo sonriendo.
Mientras
degustaba la comida Silvia pensó, estos vacaciones prometen….
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